Hoy usamos esta expresión cuando queremos referirnos a una tarea muy difícil, casi imposible, que exige un enorme esfuerzo. Si alguien te dice que lograr algo “es como poner una pica en Flandes”, ya sabes que te está hablando de una empresa titánica.
Origen histórico
La frase se remonta al siglo XVI, en plena época imperial de la monarquía hispánica. Flandes —el actual territorio de Bélgica y Países Bajos— formaba parte del imperio de los Austrias. Sin embargo, mantener el control sobre esas tierras lejanas no era sencillo.
Las guerras de religión, las revueltas contra el poder español y la distancia geográfica convirtieron la región en un auténtico quebradero de cabeza.
El ejército de Felipe II necesitaba constantemente refuerzos, soldados y dinero. Y ahí aparece la pica, el arma fundamental de la infantería española. Una lanza larga, de hasta cinco metros, con la que los piqueros formaban los famosos tercios, la gran máquina militar de la época.
Pero trasladar hombres y recursos desde España hasta Flandes era una operación titánica. Se necesitaban enormes sumas de dinero, coordinación logística y largos viajes atravesando medio continente europeo. De ahí que se dijera que “poner una pica en Flandes” era una tarea casi milagrosa.
Evolución del dicho
La frase pasó pronto al lenguaje popular como sinónimo de empresa difícil y costosa.
Ya no hacía falta hablar de guerras ni de tercios para entender el sentido. Si un padre de familia conseguía sacar adelante a sus hijos en tiempos duros, se decía que había “puesto una pica en Flandes”. Y lo mismo con cualquier reto que pareciera inalcanzable.
Hoy seguimos usándola, aunque muchos ya no recuerden la referencia histórica.
Presencia en la literatura y cultura
El refrán aparece en textos del Siglo de Oro y fue utilizado en obras literarias como ejemplo de proeza difícil. Incluso Lope de Vega menciona a los piqueros y la dureza de aquellas campañas.
Además, la expresión ha sobrevivido a lo largo de los siglos porque resume perfectamente la idea de superar obstáculos descomunales.
Curiosidad adicional
El “Camino Español” fue la ruta terrestre que comunicaba Milán con Flandes y que permitía el paso de tropas españolas. Era un recorrido de más de 1.000 km atravesando media Europa. Mantener ese corredor abierto para enviar refuerzos fue una de las hazañas logísticas más impresionantes de su tiempo.
Reflexión final
Cuando decimos que algo es como “poner una pica en Flandes”, estamos evocando indirectamente la grandeza y las dificultades del imperio español en Europa. Es un recordatorio de que, a veces, los retos más duros también son los que definen nuestra historia y nuestro lenguaje.
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